Cambie la ropa de cama: tan a menudo como debería obtener su ropa de cama nueva

contenido

• Cambio de ropa
  • ¿Por qué cambiar "> frecuencia

La ropa de cama limpia es esencial para experimentar un sueño saludable sin molestos huéspedes como los ácaros del polvo. En la ropa de cama limpia se pueden encontrar en poco tiempo numerosos insectos invisibles, bacterias, caspa, pelo y otra suciedad que afecta notablemente el sueño. Por esta razón, es importante saber con qué frecuencia necesita cambiar sus sábanas para dormir profundamente y recuperarse.

Cambio de ropa

Muchas personas desconocen la importancia de reubicar la cama regularmente. Incluso si se pone sábanas limpias, los ácaros del polvo y las bacterias llegan a la cama y se multiplican rápidamente allí. Solo el cambio de ropa de cama puede evitar esto y evitar que se propaguen poblaciones enteras e invisibles. Pero, ¿con qué frecuencia necesita cambiar sus sábanas para poder dormir bien y no poner su salud en la escala de oro? Esto depende de muchos factores, especialmente el tipo de ropa de cama, la persona que duerme en la cama e incluso la temporada.

¿Por qué cambiar?

La ropa de cama es como la ropa diaria en nuestro cuerpo, tan contaminada y es un caldo de cultivo para bacterias, gérmenes, virus e insectos como los ácaros del polvo o las temidas chinches. Cambiar su ropa de cama a intervalos regulares no solo le proporciona un ambiente de sueño limpio, sino que lo protege de posibles enfermedades. La razón de la acumulación de las plagas de la salud son las descargas físicas de los humanos, que son el caldo de cultivo perfecto para estas.

• caspa
• pelo
• sudor
• saliva
• orina
• excremento
• mas excreciones

Dependiendo de la cantidad de personas que duermen juntas en una cama, la cantidad de secreciones aumenta, lo que por supuesto conduce a una suciedad más rápida de la cama. Cuanto más grande es la cama, los ácaros o bacterias más largos necesitan extenderse. Sin embargo, el peligro de tener un sueño poco saludable aumenta con cada día que pasa si no reubica la cama. Sin embargo, no tiene que lavarse todos los días porque causaría altos costos de electricidad y agua y sería muy contaminante para el medio ambiente. Hay ciertos intervalos que frenan efectivamente la formación de virus, bacterias, arácnidos e insectos.

Consejo: Un error que muchas personas han cometido desde la infancia es hacer la cama inmediatamente después de levantarse. Si sacude la manta inmediatamente después de levantarse y la extiende sobre el colchón, los ácaros y los agentes patógenos quedan atrapados debajo y se multiplican más rápidamente debido al entorno protegido, lo que puede evitarse si no acuesta hasta el mediodía o al mediodía.

frecuencia

Para crear un ambiente higiénico pero no estéril en su propia habitación, encontrará ritmos que funcionen bien para cambiar su ropa de cama. No importa si usa sábanas sintéticas, de seda o de algodón clásico, ya que las plagas pueden multiplicarse en casi todos los entornos. En general, se dice que debe cambiar su ropa de cama cada cuatro semanas, pero eso no es del todo cierto. Muchos otros factores juegan en los buenos tiempos. Los siguientes puntos explican los intervalos de reemplazo recomendados.

temporada

La temporada tiene un gran impacto en el cuerpo. Mientras que en verano la gente tiene más energía, se levanta más temprano y está más alerta, dormir más es más común en invierno y el estado de ánimo a menudo cae a cero. Otro efecto depende de las estaciones: sudor. A medida que se suda más en el verano, debe reubicar la cama con más frecuencia. En invierno es todo lo contrario. Como hay menos sudor, la ropa de cama debe cambiarse con menos frecuencia.

Recuerde los siguientes intervalos:

• Primavera y otoño: cada 3 a 4 semanas
• Verano: cada 2 semanas.
• Invierno: cada 4 semanas.

Especialmente si haces muchos deportes en el verano y luego no te duchas o te lavas el cabello, se requiere un cambio de dos semanas.

alérgico

Si es alérgico a los ácaros del polvo, no debe dudar con el cambio. Aquí se recomienda un cambio semanal para no cargar demasiado al cuerpo. Las alergias interrumpen significativamente el sueño y lo reducen drásticamente, lo que puede evitarse con el cambio regular. Si tiene ropa de cama o colchones hipoalergénicos, puede cambiar a un ritmo de 14 días. Sin embargo, esto solo es posible si toda su ropa de cama, es decir, sábanas y sábanas, está diseñada para personas alérgicas. De lo contrario, debe llevar todo junto semanalmente a la lavadora.

Desnudo durmiendo

Si duerme sin ropa, debe cambiarse la ropa de cama con mucha más frecuencia. Aquí se recomienda una vez a la semana, ya que el cuerpo proporciona todas las secreciones directamente a la ropa de cama y no a la ropa de dormir. Especialmente las personas altas sudan así se entregan a las cubiertas y sábanas. Este intervalo de cambio es independiente de la temporada, a menos que sienta que debe cambiar con más frecuencia en el verano. Especialmente con dos personas que duermen juntas sin ropa en una cama, el cambio frecuente es necesario.

Demasiado sudoroso

Al igual que con los que duermen desnudos y las personas alérgicas, las personas sudorosas deben cambiar sus sábanas una vez por semana, o en casos extremos cada tres días. Además de la caspa, el sudor es una de las secreciones de los humanos que atrae a los ácaros y las bacterias de manera particularmente efectiva. Por lo tanto, es necesario colocar las sábanas empapadas de sudor con más frecuencia en la lavadora. Esto también se aplica a las personas que sudan en la misma cantidad durante todo el año, independientemente del clima.

humo

Si es fumador o fumador pasivo o trabaja en un campo donde el humo es común, como cocinar, debe cambiar las sábanas con más frecuencia. El humo puede ser permanentemente dañino para la salud, debido a los ingredientes. Mientras que el humo del cigarrillo contiene nicotina y alquitrán, otros tipos de humo, por ejemplo, están provistos de partículas finas de aceite, que también son perjudiciales para la salud. Aunque no atraen plagas, tienen un efecto nocivo en el cuerpo. Aquí, sin embargo, es suficiente cambiar cada diez días, siempre que se duche lo suficiente.

Personas con mascotas

Si tiene mascotas y las deja dormir en su cama, debe pensar en un cambio semanal de ropa de cama. Las mascotas no solo pierden mucho más cabello como los humanos, sino también caspa y una variedad de fluidos corporales a partir de los cuales se promueve la propagación de numerosos microorganismos y plagas. Especialmente con razas de perros o gatos muy peludas como los persas o Terranova, debe prestar atención a un buen ritmo de cambio.

paciente

Ya sea que haya sobrevivido a una enfermedad o que todavía la padezca, cambiar la ropa de cama tiene la máxima prioridad. Recuperar protege contra una mayor infección, ya que los agentes patógenos pueden acumularse en la ropa de cama debido al sudor, la tos y la secreción nasal. Cambie la ropa de cama cada tres o cuatro días para no retrasar más la enfermedad. Es especialmente importante lavar las sábanas cuando esté bien nuevamente.

niños pequeños

Los bebés y los recién nacidos no deben permanecer acostados en la misma cama por mucho tiempo. La saliva y otros exudados que pueden salir del pañal rápidamente causan suciedad, lo que puede dañar el organismo sensible . Se recomiendan cambios semanales, especialmente en verano, pero algunos niños pueden necesitar cambiar con más frecuencia.

No olvide limpiar el interior de la manta y las almohadas además de los intervalos de cambio mencionados anteriormente. Estos deben limpiarse de acuerdo con las instrucciones del fabricante al menos una vez al año. Lo mismo se aplica al colchón, que se mantiene limpio durante el giro regular. Dependiendo del peso del colchón, debe girarlo cada tres o cuatro meses para permitir una buena circulación y forma del aire.

Consejo: La frecuencia de cambio en personas dependientes y de edad avanzada es similar a la de los niños pequeños, especialmente si pasas la mayor parte del día en la cama. Asegúrese de cambiar su ropa de cama una vez por semana o incluso cada tres días, dependiendo de su enfermedad o estado de salud.